La Dezima Mvsa es un nuevo proyecto musical en el que estamos trabajando para encontrar los lazos que unen al flamenco con la música anterior, la tradición popular de romances, coplillas, bailaoras y guitarristas ambulantes.
Pero ¿quién fue la Dezima Mvsa y por qué hemos elegido este nombre para este proyecto? A continuación os cuento la interesante biografía de una artista andaluza que no aparece en los libros de historia.
La Dézima Mvsa es un personaje poco conocido en nuestra historia artística. Uno más entre tantos olvidados. Sin embargo, se trata de la primera persona que consiguió vivir profesionalmente de su trabajo escribiendo obras teatrales. Nació en Andalucía. No se sabe exactamente en qué fecha, pero sí el año en que fue comprada por sus padres adoptivos. Era el año 1590 y calcularon que tendría unos 10 años. Figura en su partida de bautismo del 6 de octubre de 1601 la coletilla "era adulta", (edad penal en aquél entonces). Sabía leer y escribir perfectamente, tanto en árabe como en castellano.
Ana Caro de Mallén recibió los nombres de sus nuevos padres: Gabriel Caro de Mallén y Fernández de Vargas, natural de Lora del Río, Sevilla, y de Ana María de Torres y Rodríguez de Aguilar, natural de Granada. En los registros, aparece junto al nombre de Ana una indicación: "Ana María, esclava de Gabriel Mallén". Ana era una niña morisca, nacida en Granada o en Sevilla. No sabemos qué pasó con sus padres biológicos. Seguramente sufrieron el exilio. Lo que sí podemos deducir es que serían unos padres cultos y preocupados por la educación de su pequeña, pues sabía el arte de las letras en una edad temprana, lo cual llamaría la atención de sus nuevos padres adoptivos.
A sus 20 años de edad ya estaba publicando obras por encargo, firmando con el nombre de “La Dezima Mvsa” y poco tiempo después ya era conocida en los círculos bohemios de la Sevilla de su tiempo, ciudad en la que presentaba obras que eran representadas en el Corral de los Olmos, un teatro desaparecido actualmente que se había construido a los pies de la Giralda, aprovechando los restos de arcos de la antigua mezquita que no se usaron en la construcción de la Catedral de Santa María.
Ana Caro debió tener una personalidad fuerte e inteligente y se divertía acudiendo a sus propias funciones vestida de hombre, agasajando a doncellas y porfiando espada en mano contra burlones y pícaros.
Murió a causa de una epidemia de peste en Sevilla, en el año 1646. Vivía sola y nunca se casó. Por desgracia, debido a las ideas de la época, decidieron quemar todas sus pertenencias para desinfectar, destruyendo todos los libros y escritos que había en sus aposentos. Por fortuna, ya habían sido publicadas algunas obras suyas como “Valor, agravio y mujer”, una comedia que debería formar parte de los clásicos de nuestra literatura universal.
Así pues, con nuestra idea de buscar la música olvidada, nos encontramos con un personaje olvidado que representa un mundo al que los libros oficiales siguen dando la espalda: la realidad de una población española convertida en un enemigo que había que expulsar, por escribir simplemente en otro idioma. O por rezar distinto, si es que todos rezaban, tanto los vencedores como los vencidos.
La Dezima Mvsa se convierte en nuestra musa, valga la redundancia, en nuestro afán de búsqueda y de inspiración de este proyecto, donde estamos encontrando ese pasado morisco, mejor dicho andalusí, o andaluz, en las músicas populares que fueron desapareciendo poco a poco en los siglos de persecuciones. Música popular donde el cante y el toque con guitarra fueron desarrollándose poco a poco, en el anonimato del barberillo, de las aceituneras, de costureras y cigarreras. Donde los puntos de la cifra de vihuela se iban transformando en acordes flamencos. Coplillas que se cantaban en árabe o en algarabía como las que os presentamos a continuación. Coplillas que fueron cantadas tantas veces que lograron sobrevivir, al menos parte de la música y parte de la letra, aunque transformada como un recuerdo desmembrado, como cuando contamos una historia en la que hemos olvidado parte de los detalles, pero la seguimos contando.
De esta forma surgen las llamadas “palabras refugio”, término que nos enseñó nuestro amigo, maestro y escritor Antonio Manuel. Estas palabras son un fenómeno muy curioso: reemplazamos el sonido original ininteligible que nos llega por una palabra que conocemos. Así, hay personas que llaman “San Juán” al “Zaguán”, la entradilla de las casas andaluzas, porque al oído se parece. Esto ocurre en muchas coplillas andaluzas, donde hay expresiones y palabras que cuando analizas la letra, no encuentras manera de entender por qué está ahí y qué tiene que ver con el poema.
En “Tres hojillas Madre”, canción anónima popular, nos encontramos con un estribillo que nos ha llegado en la actualidad con esta letra:
Tres hojitas, madre,
tiene el arbolé,
la una en la rama,
las dos en el pie.
Inés, Inés,
Inesita, Inés.
¿Por qué Inés, Inés, Inesita, Inés?
En árabe, “señora” es “anisa” que, pronunciado, suena “Aines”. De tal forma, “anisa, anisa, anisa, anisa”, al cantarlo sonaría como “Ainis, ainis, anise t ainise”. Esta “t” es la llamada “tamarbuta” una “t” usada en árabe cuando una palabra termina en vocal y se une a otra que también comienza por vocal. Por ejemplo, con Madina, que termina en vocal: “ Madinat Az zahara”
Nuestra memoria histórica ha ido derrumbándose al igual que algunos de estos monumentos de nuestro pasado, que solo podemos verlos en grabados, pinturas y estampas de la época. Una casa en ruinas que cuando se cae, se olvida que existió una vez se reemplaza por otra nueva. O el papel escrito, lleno de versos, pensamientos y arte intelectual que quemado por el fuego, desaparece por siempre y para siempre.
La Dezima Mvsa será un proyecto para restaurar la memoria. Devolver a las músicas antiguas andaluzas el sabor y el duende con el que se cantaban y tocaban. Y por supuesto, un homenaje a los intelectuales y artistas olvidados: la cantaora anónima, el guitarrista que era barberillo, el buhonero que vendía guitarras de segunda mano, o grandes escritoras que siguen sin ocupar las páginas de los libros de historia como Ana Caro de Mallén, la Dezima Mvsa, la niña morisca comprada como esclava que se convirtió en dramaturga y vivió de su intelecto y arte. Ella. Sola.
Emilio Villalba 2021